En la escena punk de Puerto Rico siempre hemos sido dados a compilar bandas en un disco para mostrarles al mundo del sonido que se cuece en Borikén. Jeff Coleman comenzó con el legendario “House Arrest”, que básicamente es un ” who’s who?” de la escena de finales de los 80, especialmente del área oeste. Pero fast-forward a principios de los 2000, el prolífico músico trujillano, José Ibañez, editó bajo su sello Gente de Oi (después conocido como Discos de Hoy), el mítico compilado, “Disparando con Sónica” para el 2001. O lo que es lo mismo, un masacote musical punkero de esa escena sanjuanera de finales de los 90 y principios de los 2000. La peculiaridad de este compilado es que son solo 4 bandas, aportando 3 canciones cada una. Idea genial, pero con mucho mejor resultado final. Comienzan los guayamenses favoritos de todos, Distorción Rebelde; después El Buk y cía con sus Unidos No; le siguen la mejor banda de punk local con melodías, Los Lácteos y culminan los hardcore-punks más internacionales que hemos tenido, Tropiezo.
Foto: Pedro Acosta
Abre este tsunami sonoro la canción “Payaso” de los Distorción Rebelde. Con posiblemente las mejores letras sobre la falsedad de este putrefacto mundo. “La cara me pinto y ya soy tu amigo…”. Se puede apreciar mucho mejor la musicalidad de estos punks sureños en estas sesiones, ya que su demo ‘Basura Rebelde’ (lleno de hits, by the way) está grabado bien primitivamente. La velocidad a medio tiempo, la voz rasposa de Tito y las guitarras estridentes de Joel hacen de este un himno del punk nacional.
Le sigue la genial “Todo Igual”, con un punk más atemperado y unas letras más nihilistas. Podemos ver la versatilidad de los Rebelde, tanto en la música como en las letras. “No apoyo ni soy parte de tu rutina asquerosa. Cuando te veo me mas asco y me rasco las pelotas”… La contundencia de este tema los hace sobresalir entre toda la camada de bandas que dejó algo grabado en nuestro rocanrol nacional.
Y culminan este trifecta de temazos, “Afectados por la radio”. Un clamor al control que tiene la comercialidad en las ondas radiales mundiales. Que mejor manera de terminar su aporte, dejando en evidencia a los que opacaron a todos los talentos nativos subterráneos que ha dado nuestra longeva historia rockera.
Foto: Verónica Meléndez
Unidos No es el único grupo punk del 4-way split, con componentes de la escena de los primeros 90. Liderados por el licenciado Rafael Texidor ‘El Buk’, nos presentaron una propuesta bien diferente a lo que se oía en las bandas del archipiélago puertorricensis para esa época. El DC sound a lo criollo con letras informadas, más propias de ‘older brothers’ con estudios posgrado. “La Verdad por el Rabo” rompe el hielo de su repertorio. Podemos apreciar guitarras sin distorsión a la patá y con melodías más cercanas al rock no pesado.
En “Nuestra Culpa”, la guitarra distorsionada propia del punk le devuelve al terreno de lo que quiere plasmar este álbum. La voz del Buk intercalada con la de Rubén hace un buen balance y aquí se le nota el sonido washingtoniano más pesado y técnico, que le dan esas influencias de las que son abanderados.
‘Rigor Mortis’ es la más musical y experimental, entre este trío de grabaciones. Aquí se les nota lo tremendos músicos de jameo que son, No hay más na’ que buscar. Y suena a Sonic Youth pero también suena a lo pesao’ de Bad Brains, con letras más geniales que sus influencias, por supuesto.
Foto: Elías Quintana
‘El Rebaño de Dios’ nos introduce a unos Los Lácteos ‘Jabaos’ más maduros musicalmente y con letras más acordes a su adultez, que su seminal cinta editada en 1998 por Anaconda Records (cómo olvidar el release show en Irie Club en Bayamón?), donde lo editaron siendo unos párvulos sobre monopatín. Las guitarras de Russell y Ernesto disparan acordes rebuscados y son complementados por el todoterreno baterista/liricista Viti, que lleva el ritmo a niveles dificiles de imaginar en el punk rock. La voz de Kenny, maduró en edad, pero también en vocalización. La letra, que puede pasar como cualquier canción ‘religiosa’, es todo lo contrario a lo podemos llegar a creer. Genios!
En “Jetty” y en “Triquina” continúan la tendencia de hacer del punk rock un género más divertido, pero sin caer en los clichés del rock progresivo masturbatorio, claro todo esto en menos de 4 minutos. Suena a la experimentación de grupos de antaño como TSOL, pero sin rayar en lo monótono. Si Los Lácteos engancharon a toda la escena local por su juvenil punk pegajoso, aquí elevan la barra de como debe evolucionar una banda de rocanrol subterráneo.
Foto: Tropiezo
Tropiezo cierra este magnífico compilado con 3 temas de hardcore-punk y un pedazo de un discurso del Dr. Martin Luther King. “Haciendo Diferencias” es un temazo de positive-core, que si pestañeas te lo pierdes; es corto, rápido y con un coro para cantar al unísono con Javier Tropiezo. La batería espitiá de Peter Feria, el bajo satánico de Wallo y la guitarra de Josú, se complementan a la perfección en esta referencia del hardcore puertorriqueño.
“De qué Vale?” es otro himno de los trujillanos que le corean en Borinquén, en Latinoamérica y hasta en el viejo continente. “De qué vale la lucha, si no tienes nada que aportar?”… ruge la letra que pone en su sitio a los que se jactan hablando, pero no aportan nada a cambiar las cosas jodidas de este mundo.
El extracto del discurso del Dr. King sobre el racismo sirve de antesala para el tema highlight del disco entero, “Escupiendo Suásticas”, que originalmente tocaba una mítica banda punk rock local de finales de los 90, Socialmente Muertos. Tanto Javier como José formaron parte de la mencionada banda que, en mi opinión, fue de lo mejor que ha salido de nuestras latitudes caribeñas. “Tu odias a los que no son de tu color de piel, tu odias a los que no son de tu nación, tu los odias, no tienen tu pureza y con orgullo tu suástica llevas puesta”… grita este himno anti-nazi en la primera estrofa. La canción entera sirve de banda sonora en la lucha contra el racismo. Lamentablamente, en 2018 este tema cobra mucha más relevancia que nunca.