Amanece en el Viejo San Juan y tres chavales punkies yacen todavía en una cuneta de la Calle San Sebastián tomándose las últimas gotas de una cerveza tirada en el piso, trasnochados con sus penachos a medio dar. En unas horas, tratarán de ir al cuarto de ensayo para desgarrar algunos acordes rocanrolleros sobre unas letras nihilistas y crudas. Darby, Iosu y GG tienen la idea de volver a tocar por ahí en alguna barra de mala muerte capitalina, para tratar de no seguir en el tren con destino al infierno. Iosu, ya con sentencia de muerte por medio de una cirrosis, quiere dar sus últimos toques para rememorar sus tiempos en el local que fue propiedad de su vecino, La Cafetera. Allí tocó con unos históricos punkies locales, Enemas Potentes, donde grabó en sus primeras referencias, que son sagradas para los punkies de la última década del siglo XX. También tuvo su otro grupo, un poco más experimental pero igual de potente, Fallen Soldiers. Con Darby y GG, Iosu pudo ver una luz al final del camino después de tan nefasto diagnóstico. GG sugiere que le pongan, Por la Vena. Todos lo aceptan, porque no es muy ajeno a su realidad actual.
Tratan lo posible por reunirse a practicar algunas canciones, pero solo Darby y GG llegan al ensayo. Iosu trata pero cada vez el cuerpo le impide funcionar. Se nubla cada vez más todo. A GG, le acaban de llamar y le comunican que hay una oportunidad de irse a Boston. Sin pensarlo, le comunica a Darby, el cual se quedará solo con el nombre de la banda y algunos intentos de canciones que habían creado.
Darby no tiene otra opción que seguir con la ilusión de tener una banda en la escena local. Ya había tenido un grupo cuando vivió en DC pero le urgía desatar toda la rabia en un escenario local. Un día trabajando en un record store en Ponce ve un chavalín con una camiseta punk, y sin mediar muchas palabras empiezan a conversar acerca de gustos comunes. Un nuevo aliado acaba de ser reclutado.
Ya entrada la década del Y2K, el punk se hace aún más conocido por toda la geografía isleña. Es aquí que Darby conoce a un joven y espigado punkie de Caguas en un show punk en Fajardo. Poli Rocks tenía una chamarra con un parcho de Espasmódicos y compartía con otros punkies de su pueblo en las afueras del chinchorro de la ciudad caridura, cuando Darby se acerca y le trata de arrancar el parcho de los de Madrid. Poli se resiste y se increpa con él. Entre el forcejeo, se presentan mutuamente. Ya Darby, sabe que encontró a otro aliado para montar su banda, y más aún cuando se entera de que es batero, algo que siempre ha escaseado en los circuitos subetrráneos patrios.
Esta primera alineación se completa con la llegada del bajista, Pedro ‘Monigote’, vecino de Andrew. Que después fue reconocido por sus andaduras con Los Estorbos o Los Electrodomésticos, pero esa es otra historia. Y es para el 2002, que Por la Vena debuta en un bar de Guayama. Canciones rocanroleas’ con voces rasposas y coros bien pegajosos. Dejando a los presentes con ganas de oir más. Cabe recalcar, que la mayoría de las bandas de esa época no estaban explorando este sonido setentero crudo. Se corrió la voz de este ‘nuevo’ grupo punkie con mucho carisma y con mucho que decir. Los Por la Vena llegaron para quedarse.
Tocaron mucho por todos lados durante los primeros y mediados del 2000. Pero algo que los distinguió fue su prolífica oferta sonora en formato Cedé. El primero ‘El Fin del Mundo’ tuvo sus primeros éxitos ‘Ratas Grises’, ‘Todos contra uno’ o ‘Estudio 77′. Ya para ese tiempo, Andrew se había salido, por lo que Darby se dedicó a cantar sus letras mientras soltaba los acordes. Muchas tocadas y discos por décadas pero terminaron su andanza y nunca volvieron a mirar para atrás. Se cerró esa puerta, ¿algún día abrirá de nuevo?
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